Redacción Central: GCONicaragua
El Salvador — La nicaragüense indígena Miskitu, Dra. Anexa Alfred, Presidenta del Mecanismo de Pueblos Indígenas de la ONU, participó en la Primera Cumbre Global de Derechos Humanos 2025, donde abordó los derechos humanos de los pueblos indígenas y afrodescendientes.
“Hablar de vulnerabilidad implica reconocer realidades dolorosas”, señaló Alfred. “Millones de personas siguen enfrentando obstáculos para ejercer derechos básicos: niñas y niños sin educación, personas mayores sin protección social, mujeres expuestas a múltiples violencias, comunidades desplazadas por conflictos o proyectos extractivos, y pueblos indígenas y afrodescendientes cuyos territorios están bajo amenaza constante”.
La especialista explicó que, en el caso de pueblos indígenas y afrodescendientes, la vulnerabilidad se profundiza por factores históricos y estructurales: colonización, despojo territorial, discriminación persistente y falta de acceso equitativo a salud, justicia y participación política.
“En muchos contextos, defender el territorio significa arriesgar la vida: líderes y lideresas indígenas son criminalizados, hostigados e incluso asesinados”, advirtió.
Sin embargo, Alfred enfatizó que los pueblos indígenas no son solo víctimas:
“Son portadores de resiliencia, de saberes, de lenguas, de cosmovisiones que enriquecen a la humanidad y que ofrecen respuestas concretas a los desafíos globales, desde la crisis climática hasta la construcción de sociedades más inclusivas”.
La experta destacó que proteger a las personas en condición de vulnerabilidad exige adoptar un enfoque de derechos humanos, no de caridad ni asistencialismo:
“Significa reconocer la dignidad y capacidad de decisión de cada persona y comunidad. Para los pueblos indígenas, esto implica respetar sus sistemas jurídicos propios, garantizar la titulación de sus tierras, apoyar la revitalización de sus lenguas y asegurar que tengan voz en los foros donde se toman decisiones globales sobre cambio climático, desarrollo sostenible o biodiversidad”.
Finalmente, hizo un llamado urgente a Estados, organismos internacionales y sociedad civil:
“¡Proteger a las personas en condición de vulnerabilidad no puede ser un gesto simbólico: debe ser una prioridad política, presupuestaria y ética!”.


