¿Por qué el régimen sandinista debe ser declarado terrorista?
La respuesta es tan clara como alarmante: la relación del régimen Ortega-Murillo con el eje del mal —Rusia, China y especialmente Irán— es cada vez más estrecha y peligrosa. A través de la embajada iraní en Nicaragua, opera la inteligencia iraní conocida como VEVAK, que utiliza la unidad 840 de las fuerzas para establecer alianzas con bandas criminales locales y regionales. Su objetivo: potenciar estas estructuras y expandirlas en Centroamérica y América Latina.
Desde nuestro país también actúa la unidad 910 de Hezbolá, una organización terrorista financiada por Irán, encargada de ejecutar atentados en el extranjero. Nicaragua ha sido convertida por Daniel Ortega y Rosario Murillo en una plataforma de salida de narcóticos hacia Estados Unidos y Europa, con el fin de financiar el terrorismo internacional.
“Ortega y Murillo no tienen ideologías ni buenas ni malas, solamente buscan ganar dinero para financiar el terrorismo”.
Desde hace años, el régimen desarrolla operaciones híbridas o asimétricas. Una de ellas es la utilización de la migración irregular para penetrar países contrarios, desestabilizarlos y operar tareas de inteligencia y contrainteligencia. A esto se suma la expansión de redes de narcotráfico, trata de personas y tráfico de niños, usando a Nicaragua como epicentro logístico.
Desde el 2018, los casos de niñez desaparecida se han multiplicado. La violencia se ha incrementado a niveles alarmantes, pero el 90 % de las víctimas no denuncia por miedo, debido al control absoluto del régimen sobre los medios de comunicación y las instituciones de justicia.
“Somos un país con un narcoestado, donde los poderes del Estado y las fuerzas armadas están infiltrados por el narcotráfico y el terrorismo internacional”.
El terrorismo se camufla como crimen organizado, penetrando la psicología de los sectores más vulnerables, captando afiliados a través de redes sociales como Telegram, controladas por intereses ligados al régimen ruso. La amenaza para Estados Unidos y la región no es Nicaragua, sino:
“Daniel Ortega, Rosario Murillo y sus perros fieles del Ejército y la Policía. Ellos son los verdaderos criminales que promueven el narco-terrorismo”.
Recientemente, la Administración de Control de Drogas de EE.UU. (DEA) se retiró del país, al declarar que Nicaragua está completamente infiltrada por el narcotráfico.
“Si no es el mismo pueblo quien actúe, nadie nos va a liberar”.
La conexión directa del régimen con redes de narco-terrorismo es una amenaza no solo para Nicaragua, sino para toda América Latina. Por ello, urge que la comunidad internacional declare al régimen de Ortega-Murillo y al FSLN como una organización terrorista.
La Voz de la GCON-Nicaragua

Publicado por La Voz de la GCON-Nicaragua, a través de la Organización Eddy Montes Praslin de Matagalpa.
